El dinero dice mucho.
Es obvio que la forma en la que gastamos el dinero es la clave que determinará, eventualmente, si llegamos o no a fin de mes. Sin embargo, es importante notar que la forma en la que gastamos el dinero está íntimamente ligada a la forma en la que tomamos decisiones en la vida; y la forma en la que tomamos decisiones en la vida, por su parte, está íntimamente ligada a nuestra escala de valores. Finalmente, esa escala de valores, es fruto directo de nuestro carácter.
«La forma en la que manejamos nuestro dinero es una demostración externa de una condición espiritual interna».Dr. Larry Burkett (1939-2003), cofundador de Crown.
La forma en la que manejamos nuestra vida económica habla mucho de quienes somos como personas y de qué es lo que realmente valoramos en la vida.
Andrés recuerda haber salido a comprar una cocina. El vendedor, muy amablemente, me explicó que yo tenía dos opciones: comprar la cocina al contado por USD 350 o comprarla en diez cuotas iguales de USD 53 dólares cada una. Un comprador avezado notará inmediatamente que la diferencia entre comprar la cocina al contado y a plazo estaba en el orden de los USD180. La pregunta es, entonces: ¿Cuál es la diferencia entre el cambiar la cocina ahora, comprarla a plazo y pagar USD 530 versus colocar cada mes por diez meses USD 35 dólares dentro de un sobre para poder comprarla al contado más adelante?
La diferencia no está en mi capacidad económica. La diferencia está en mis valores personales.
Para poder esperar por diez meses antes de poder traer la cocina a casa, necesito tener un fruto muy particular en el árbol de mi carácter personal: el fruto de la paciencia.
Además, para tener la consistencia de colocar todos los meses el dinero en ese sobre y resistir la tentación de gastarme el dinero antes de tiempo, necesito sumarle a la paciencia, dominio personal.
Tanto la paciencia como el dominio personal son manifestaciones de mi carácter que me permiten ir en contra de la tendencia de mercado, y me permiten disfrutar de una cualidad que se encuentra en un peligroso estado de extinción: la de la gratificación diferida, esto es, el saber esperar para tener lo que quiero hasta que llegue el momento apropiado para comprarlo.
Estos también son principios «P»: no importa en qué lugar del mundo te encuentras, si aprendes a tener paciencia y a dominarte a ti mismo, habrás ganado una de las más importantes batallas en el camino hacia la prosperidad integral. Entonces, debemos recordar que la forma en la que manejamos nuestro dinero es una manifestación externa de quiénes somos realmente a nivel interno.
Fuente: ¿Cómo llego a fin de mes? Andrés Panasiuk
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