Si bien es cierto, tomar decisiones financieras adecuadas requiere planificación, monitoreo y control; no es menos cierto que la vida te da sorpresas - tal como lo canta Ruben Vlades en esta pegajosa canción. (video, al final de este artículo)
Y estas sorpresas o eventos inesperados, algunas veces catastróficos, lo que nos desafia a enfretarlos con mucha fuerza, racionalidad, y lo más importante: con inteligencia emocional. ¿Nada fácil, cierto?
La mayor parte de los autores de finanzas, libros, podcats y artículos a este respecto, nos plantean un camino basado en la disciplina, racionalidad, esfuerzo y vendrán los resultados.
Y estando 100% de acuerdo con la aplicación de esta metodología y sus herramientas, las que en nuestro sitio te las aportaremos, la vida se parece, para la mayor parte de las personas y familias a una montaña rusa.
La frase "la vida es como una montaña rusa" es un cliché popular y ha sido utilizada en muchas formas de medios a lo largo de los años.
En la película "Parenthood" (1989) una abuela, interpretada por Helen Shaw, le dice a su nieto Gil, interpretado por Steve Martin: "la vida es como una montaña rusa". Es una escena memorable que resalta la naturaleza impredecible y a veces caótica de la vida, pero también su belleza y emoción.
¡Sí, hay muchas maneras en las que las finanzas personales pueden ser comparadas con una montaña rusa! A continuación, te presento algunos puntos de similitud:
Altos y bajos: Así como una montaña rusa tiene subidas y bajadas, las finanzas personales también pueden experimentar altos (un bono, un ascenso o una inversión que rinde frutos) y bajos (como gastos inesperados, pérdida de empleo o inversiones que no resultan).
Expectativas versus realidad: En una montaña rusa, a veces crees que vas a subir cuando en realidad estás a punto de caer. Y en las finanzas, pueden existir momentos en los que esperas que cierta inversión o decisión rinda frutos positivos, pero resulta ser lo opuesto.
Emociones: Las montañas rusas son conocidas por provocar emociones fuertes, desde la emoción y euforia hasta el miedo y ansiedad. De manera similar, las finanzas personales pueden evocar emociones como alegría (cuando las cosas van bien) o estrés (cuando enfrentas desafíos financieros).
Preparación: Así como tomas resguardos antes de subir a una montaña rusa, es vital estar preparado financieramente. Esto incluye tener un fondo de emergencia, estar asegurado y tener un plan financiero en marcha.
Riesgo y recompensa: Las montañas rusas más intensas pueden ser las más emocionantes para algunas personas, pero también llevan un mayor riesgo de miedo o malestar. En finanzas, las inversiones con mayores rendimientos potenciales suelen tener un riesgo más alto. Es importante entender y estar cómodo con el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir.
La importancia de la perspectiva: Si solo te concentras en una caída intensa en una montaña rusa, podrías perder de vista el viaje completo y la satisfacción de haberlo superado. Del mismo modo, en las finanzas, es crucial tener una perspectiva a largo plazo y no dejarse influenciar demasiado por las fluctuaciones a corto plazo.
La experiencia es invaluable: Cuantas más montañas rusas hayas experimentado, más sabrás qué esperar y cómo manejar tus emociones. En las finanzas, la experiencia también es esencial. Con el tiempo, aprendes más sobre cómo manejar tu dinero, tomar decisiones de inversión y planificar para el futuro.
En resumen, al igual que una montaña rusa, las finanzas personales tienen sus altos y bajos, y requieren preparación, manejo emocional y perspectiva. La clave es estar preparado, educarse y tratar de disfrutar del viaje, independientemente de las fluctuaciones.
Fuente: Armando Bienestar.
Video: la vida te da sorpresas.
Comments